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José Rafael Pocaterra |
En 1914, llegó a ejercer la Presidencia de la Cámara
de Diputados de la Asamblea Legislativa del Estado Zulia, fundó la revista
Caracteres y público su tercera novela, Tierra de sol amada (1917). Fue
encarcelado en la cárcel llamada La Rotunda en 1919 a 1922 por estar involucrado en una
conspiración contra Juan Vicente Gómez.
Allí escribió una de sus dos obras fundamentales:
Memorias de un venezolano de la decadencia (1927). También escribió la novela
La casa de los Ábila (1946), y varios de los relatos que integran su obra
maestra: los Cuentos grotescos.
Exiliado voluntariamente de su salida de la cárcel,
colaboró desde New York con El Heraldo de Cuba. Un año después se instaló en
Montreal, como empleado de una compañía de seguros. Participó en la fallida
expedición revolucionara de Falke, dirigida por el general Román Delgado
Chalbaud en 1929. Regresó a Venezuela en 1938, y asumió los cargos de ministro
de Trabajo y Comunicaciones, ministro plenipotenciario en Gran Bretaña y
embajador en Moscú, siendo él quien inauguró las relaciones diplomáticas ente
Venezuela y la Unión Soviética.
Todavía fue embajador de Venezuela en Brasil y en
Washington, pero renunció a éste y a cualquier otro cargo público venezolano
tras el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, en 1950. Retirado en Canadá,
ocupó hasta su muerte la cátedra de literatura hispanoamericana en la
Universidad de Montreal.
Entre sus influencias literarias se cuentan Émile
Zola, Maksim Gorki, Eça de Queirós y Guy de Maupassant.
El cuento de “la i latina” narra la historia de un
niño que después de tanto insistir lo llevan a la escuela para que aprenda
principalmente a leer, con el tiempo se adaptó al colegio pero, su maestra, a
la cual decían que se parecía a la “I” latina por lo delgada que era, empeora
la salud y luego muere. El niño no se podía quitar la idea de la muerte hasta que
la abuela lo calma.
La historia está narrada en la expresión gramatical de
Primera Persona. (“Yo estaba avergonzado; tenía ganas de llorar. Desde ese día
cada vez que pasaba el puntero sobre aquella letra, sin saber por qué, me
invadía un oscuro remordimiento.”)
Según la secuencia de los hechos: es una narración lineal.
Algunos de los elementos literarios que usa este
cuento son las metáforas, símiles, y la ironía. Por ejemplo, una cita textual
que usa el símil (“… y dando más que hacer que una ardilla…”).
Este cuento es una historia que expresa desde el punto
de vista de un niño la desfortuna e injusticia de la vida.
Bibliografía